Pasados años, décadas, o eternidades desde el "no va más" que opacó, entre tantas, las almas de Sonya y Andrey, se encaprichan los dioses en jugar a los milagros.
Desde el Olimpo, o desde vaya a saber qué misterioso escondite, eligen sus muñecos para la puesta en escena: Sonya y Andrey, se cruzan en un bar de Moscú.
Dos árboles marchitos coinciden en una mesa, disfrutando de un mentiroso azar, mientras los dioses mueven los hilos conteniendo la risa para no llamar la atención.
Florecen historias, brotan fábulas de la garganta seca de Andrey.
El rostro de Sonya reinventa la picardía y unas manos sensuales despiertan sobre una taza de té.
Un hombre y una mujer.
Sus ojos llenos de nada brillan al rozarse. Regada con vodka la mirada gris reverdece.
Estiran los dioses un elegante paño gastado: se abre otra vez el juego. Hagan sus apuestas. Una vuelta más de la ruleta puede torcer el destino. Hagan sus apuestas.
Andrey revisa sus bolsillos vacíos y, a falta de fichas, apuesta su desnudez.
Sonya pasea su mano por el bolso. Encuentra semillas escondidas entre los papeles. Semillas de abedul, o de cerezo, que aprisiona en su puño.
Los dioses detienen la respiración esperando la apuesta.
Pero las semillas no salen del bolso.
El paño queda vacío.
Ni siquiera los dioses pueden contra el miedo de una mujer cansada, o el cansancio de una mujer temerosa.
Caen las hojas que quedaban en los árboles. Fin del juego. De un modo ya irreversible, es otoño otra vez.
(sobre la obra "Afterplay", con Lidia Catalano y Miguel Moyano, dirigida por Marcelo Moncarz)
¿a nadie?
"Plata no. Si querés viajar, te pago el pasaje. Si querés comida, te compro un sandwich. Pero plata no.
Plata no le doy a nadie"
(de una señora muy elegante, a una muchacha que pedía monedas en el subte)
Plata no le doy a nadie"
(de una señora muy elegante, a una muchacha que pedía monedas en el subte)
somos nosotros
juegan
dibujan aventuras con retazos de memoria
recortan sabores
iluminan vacíos
abrazan recuerdos
juegan
a inmortalizar el pasado
con una mentira que se vuelve real
un ritual
que celebra la historia
con la osadía de vestirla de ficción
arquitectos del disparate
cosen con música sucesos e inventos
camuflados
de respeto irreverente
son el otro de sí mismos
porque conocen su historia
se reconocen
nos reconocen
son nosotros
somos ellos
somos nosotros
Sobre la obra "Somos nosotros", del grupo Qué rompimos! (Dirección: Osqui Guzmán)
dibujan aventuras con retazos de memoria
recortan sabores
iluminan vacíos
abrazan recuerdos
juegan
a inmortalizar el pasado
con una mentira que se vuelve real
un ritual
que celebra la historia
con la osadía de vestirla de ficción
arquitectos del disparate
cosen con música sucesos e inventos
camuflados
de respeto irreverente
son el otro de sí mismos
porque conocen su historia
se reconocen
nos reconocen
son nosotros
somos ellos
somos nosotros
Sobre la obra "Somos nosotros", del grupo Qué rompimos! (Dirección: Osqui Guzmán)
infancia
dejá eso
te vas a lastimar
dejalo
si te lastimás vas a ir al hospital
te vas a quedar internada
sola
ni mamá ni papá van a estar con vos
porque haces cosas para lastimarte
sola
así que ya te dije
dejá eso
(una madre a su hija de 4 o 5 años, lo escuché en el pasillo)
te vas a lastimar
dejalo
si te lastimás vas a ir al hospital
te vas a quedar internada
sola
ni mamá ni papá van a estar con vos
porque haces cosas para lastimarte
sola
así que ya te dije
dejá eso
(una madre a su hija de 4 o 5 años, lo escuché en el pasillo)
impresiones
silencio
un silencio inundado de respiraciones
me aturden las respiraciones
de los actores
de la sala
mi propia respiración
en escena dos cuerpos perduran
sobreviven
dos soledades que se encuentran
bueno, al principio no
al principio dos soledades solas de toda soledad
apenas amontonadas
en un limbo de sofocante desamparo
dos hombres
un lisiado
un ciego
un hombre de piernas inertes camina
mientras el hombre sin ojos está inmóvil
el ciego no puede compartir ni el hambre
¿hay soledad más profunda que aquella de quien no puede compartir lo que le falta?
un silencio atravesado por palabras que se evaporan
palabras que son sólo ruido
dos cuerpos lanzando sonidos que se deshacen en el aire
el silencio no acontece porque no se hable: el silencio sucede porque nadie escucha
y el tiempo que no se detiene, pero tampoco transcurre
al tiempo se lo ha llevado una mujer que ya no está
de pronto
una palabra despierta un cuerpo dormido
quiero recordar cual es la primer palabra que llega a destino, pero no puedo
tal vez ni siquiera fue dicha
tal vez eso no importe
alcanza con que fue escuchada
el lisiado ofrece sus ojos al ciego
y brotan manzanas de los ojos del hombre sin pies
manzana
el fruto que sella pactos de dos para escapar de cómodos paraísos
de ignorancia
o de quietud
el ciego imagina rojo con los ojos prestados
y luego siente sed, y la comparte
sed de luz, sed de palabras
sed de otro
entonces, el futuro se puede respirar
Sobre la obra "Respiraciones" (Dirección M. Moncarz, con F. López y O. Possemato)
un silencio inundado de respiraciones
me aturden las respiraciones
de los actores
de la sala
mi propia respiración
en escena dos cuerpos perduran
sobreviven
dos soledades que se encuentran
bueno, al principio no
al principio dos soledades solas de toda soledad
apenas amontonadas
en un limbo de sofocante desamparo
dos hombres
un lisiado
un ciego
un hombre de piernas inertes camina
mientras el hombre sin ojos está inmóvil
el ciego no puede compartir ni el hambre
¿hay soledad más profunda que aquella de quien no puede compartir lo que le falta?
un silencio atravesado por palabras que se evaporan
palabras que son sólo ruido
dos cuerpos lanzando sonidos que se deshacen en el aire
el silencio no acontece porque no se hable: el silencio sucede porque nadie escucha
y el tiempo que no se detiene, pero tampoco transcurre
al tiempo se lo ha llevado una mujer que ya no está
de pronto
una palabra despierta un cuerpo dormido
quiero recordar cual es la primer palabra que llega a destino, pero no puedo
tal vez ni siquiera fue dicha
tal vez eso no importe
alcanza con que fue escuchada
el lisiado ofrece sus ojos al ciego
y brotan manzanas de los ojos del hombre sin pies
manzana
el fruto que sella pactos de dos para escapar de cómodos paraísos
de ignorancia
o de quietud
el ciego imagina rojo con los ojos prestados
y luego siente sed, y la comparte
sed de luz, sed de palabras
sed de otro
entonces, el futuro se puede respirar
Sobre la obra "Respiraciones" (Dirección M. Moncarz, con F. López y O. Possemato)
silencio
ayer vi una mujer en la calle
era sordomuda
tenía enyesado su brazo derecho y, para poder comunicarse, hacía unos movimientos pequeños con los dedos que asomaban, intentando reproducir los gestos del lenguaje de señas
(y yo me quejo de que cada tanto me quedo un poco afónica)
era sordomuda
tenía enyesado su brazo derecho y, para poder comunicarse, hacía unos movimientos pequeños con los dedos que asomaban, intentando reproducir los gestos del lenguaje de señas
(y yo me quejo de que cada tanto me quedo un poco afónica)
eureka
Descubrí que tal vez el motivo por el cual escribo es que hablando me siento bastante torpe. En la escritura tengo tiempo. Y cuando tengo tiempo me tropiezo menos. Igual que cuando camino despacito.
Escribo para descansar un rato.
Escribo para descansar un rato.
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